Este domingo por la tarde, alrededor de las 17:00 horas, los jugadores de la selección albiceleste regresaban al hotel después del entrenamiento de la tarde, y como es habitual, numerosos aficionados esperaban en las cercanías con la esperanza de obtener una foto o una firma.
Cuando el colectivo s se estacionó en la calle Avellaneda y los jugadores comenzaron a bajar, los fanáticos se acercaron raudos. Luka Romero e Ignacio Maestro Puch fueron algunos de los jugadores que se tomaron unos minutos para interactuar con la gente, quienes estaban visiblemente emocionados. Fue entonces cuando el delantero del Decano recibió un pedido inusual.
"¡Fírmame la zapatilla!", suplicó un pequeño fanático, aferrado a una valla y acompañado de su abuela, quien exclamó sorprendida: "¡Se quitó el zapato!". Entre risas, el goleador argentino no dudó en cumplir con la solicitud.